El latigazo cervical es una lesión que suele asociarse a los accidentes de tráfico. Especialmente aquellos cuando otro coche impacta contra el nuestro desde la parte trasera o lateral. La quiropráctica puede ayudarte a recuperarte más rápidamente y a evitar otras posibles consecuencias.
¿Qué es el latigazo cervical?
El latigazo cervical es una lesión que suele asociarse a los accidentes de tráfico, especialmente aquellos cuando otro coche impacta contra el nuestro desde la parte trasera o lateral.
El latigazo cervical ocurre cuando se produce un movimiento rápido que lanza el cuello y la cabeza primero hacia atrás y después hacia delante o de forma lateral, un lado y luego el otro.
Este movimiento supone que la columna cervical sufra un elevado y repentino estrés en su estructura que no puede asumir. Es entonces cuando se produce la lesión de los tejidos blandos o del hueso. Con lo cual, la lesión se produce debido a un rápido movimiento de hiperflexión e hiperextensión del cuello o de hiperlateral flexión de las cervicales.
También nos puede suceder mientras practicamos algún deporte como el esquí, el patinaje o la hípica, en saltos en caída libre como el paracaidismo o el puenting. Es decir, en aquellas actividades que supongan fuerzas extremas de aceleración y deceleración aplicadas en la columna cervical.
Síntomas del latigazo cervical
Normalmente es el dolor en el cuello y tiene un amplio rango. Es decir, puede ir desde un ligero hormigueo hasta algo absolutamente incapacitante. Puede producirse asociado al movimiento del cuello, tanto de forma lateral como hacia delante y atrás.
Otros síntomas que aparecen son la limitación del movimiento y rigidez, la inestabilidad del cuello, dolores de cabeza o de la parte superior de la espalda y hombros.
También se puede sentir adormecimiento, debilidad u hormigueo que se irradia desde el hombro hacia la mano.
En ocasiones los síntomas no se presentan desde el primer momento. Quizá no se empiecen a sentir hasta pasadas 24-48 horas del accidente, dependiendo del estado físico de la persona y de la violencia del movimiento sufrido.
Lo que pasa es que unos años después, la persona empezará a notar unos hormigueos, adormecimiento de la manos o dedos, pasando por dolores de cabeza hasta llegar a tener mareos, vértigos y cervicalgias.
Llegados a este momento, mediante una radiografía, descubriremos una RECTIFICACIÓN de la CURVA cervical o incluso la aparición de hernias discales. Entonces es cuando la persona empieza a ser dependiente de la ingesta de pastillas para aliviarse. Hay que tener en cuenta que de este modo no resolvemos el problema de raíz, solo un alivio temporal y lo único que conseguimos es dañar nuestro estómago.
Cuidado Quiropráctico
La quiropráctica ayuda satisfactoriamente en el proceso de recuperación. Este proceso depende de muchos factores, no es algo estándar en todos los casos sino que varía según las circunstancias personales, la gravedad del daño, la edad del paciente y el estado físico
Es importante tratar las lesiones desde el primer momento ya que el retraso en el tratamiento puede ser causa de una peor evolución.
La quiropráctica trabaja en el equilibrio estructural de la columna vertebral y el sistema nervioso. Presta especial atención a la alineación apropiada y la movilidad de la columna vertebral. En los casos de inestabilidad vertebral el principal objetivo es corregirlo mediante un ajuste. El ajuste vertebral lo realiza el Doctor Quiropráctico en toda la columna vertebral, corrigiendo los pinzamientos de los nervios y corrigiendo la rectificación de la curva cervical que permite proteger los discos intervertebrales.
Al actuar con rapidez en este tipo de lesión, se evitan muchos síntomas que pueden surgir en un momento posterior.